Por el título cabría pensar que andamos preocupados en desvelar las capacidades comunicativas de las parejas y, encima, complicar el asunto con la dimensión económico-administrativa que todo matrimonio –por humilde que sea- comporta. Cualquiera transita semejantes lares. Muchos y muchas reconocen que el diálogo con sus parejas resulta más complicado que las pretensiones de la singularísima alianza de civilizaciones (que, por cierto, sería más correcto hablar de alianza entre culturas pero esto sería otro tema). Nuestro propósito es más sencillo: se trata de analizar algunos de los contenidos de la amplia entrevista realizada por el director del periódico El Mundo –Pedro J. Ramirez- al presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero (publicados el 13 y el 14 de enero de 2008).
Lo primero que llama la atención tras la prolongada lectura de la misma es que el presidente sabe responder a las preguntas de manera harto habilidosa. El entrevistado reconoce que tiene cintura y lo demuestra a raudales. Da la sensación que el presidente ha aprendido mucho en estos cuatro años que le han servido a modo de curso de posgrado en comunicación política. Su política de humos y gestos no ha sido muy exitosa, pero hay que reconocerle una asombrosa capacidad de aprendizaje y un parsimonioso manejo del tiempo que le ha permitido cumplir toda la legislatura con el apoyo de un buen ciclo económico y una sociedad notoriamente adormecida. A la gente al parecer le importa poco que se hayan producido en estos cuatro años desastres ecológicos -con víctimas incluidas-, ataques a nuestras tropas en el exterior (más numerosas que nunca) o que la censura haya vuelto en el terreno de los hechos a RTVE. No pasa nada. ¿Seguirá aún quedando mucha legislatura por delante ahora que se han convocado elecciones para el 9 de marzo de 2008?
Si a alguien le caben dudas sobre las artes de Rodríguez Zapatero no tiene más que leer la citada entrevista. No tienen desperdicio algunas de las preguntas y ciertas respuestas:
P.- ¿Ha intervenido en el nombramiento de Javier de Paz como consejero de Telefónica?
R.- En absoluto.
P.- ¿Le consultó alguien?
R.- Bueno, él me lo dijo. Claro.
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P.- ¿Una legislatura más con usted en La Moncloa significará una legislatura más sin trasvase del Ebro para Valencia y Murcia?
R.- Por supuesto, mantengo que no habrá trasvase del Ebro. El mejor Plan Hidrológico para esa comunidad es la autonomía fruto de la desalación...
P.- Pero el plan de desaladoras se está demostrando insuficiente...
R.- No, no... ¡Pero si tal y como está la situación Cataluña está barajando ir a recoger en barco agua para el consumo a una desaladora de Almería!
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P.- ¿Qué le parece que un gobierno presidido por un socialista, miembro de su Ejecutiva, multe a los comerciantes que no rotulan en catalán?
R.- Yo no he tenido quejas de comerciantes.
P.- No me dirá que no sucede. El propio Gobierno de la Generalitat se jacta de hacerlo.
R.- No digo que no suceda. Lo que digo es que no he tenido quejas.
Estos son tres simples botones de muestra del tono general de la conversación. El presidente se salió de todas, una a una. Obviamente el tema del diálogo-negociación-contactos con ETA ocupó un lugar destacado. Por fin nos hemos enterado que después del atentado mortal de la T-4 continuaron los contactos entre el gobierno y la banda terrorista, aunque el presidente dijera una y otra vez entonces que todos los contactos se habían terminado tras aquel doble asesinato que fue calificado varias veces por él mismo de accidente. Era de crispadores, traidores y antipatriotas pensar que en los meses de enero o febrero el presidente seguía manteniendo contactos. Si alguien se hubiera atrevido a decirlo la flota mediática PRISA-Cadena Ser con la ayuda inestimable de Enric Sopena le habría fustigado hasta el descrédito. Hoy, sin embargo, ya se puede comentar sin temor que hubo contactos (nada de diálogos y menos negociación) después del accidente. Son palabras del presidente.
La pregunta inquietante es saber, de verdad, cuando terminaron definitivamente esos contactos. ¿Fue en marzo?, ¿fue tras la ruptura oficial del alto el fuego?, ¿fue en el otoño de 2007? Los habrá que piensen que ni siquiera han cesado del todo los contactos, pero cabe la resistencia a creerlo. Especialmente doloroso sería enterarnos dentro de un año o de dos que, efectivamente, el contacto jamás se ha interrumpido. Así cobrarían un sentido especial las palabras del ministro de Justicia al anunciar que volverían a darse las condiciones para hablar con ETA en el futuro. Lo dijo en una sesión de control en el Congreso en octubre de 2007 y la cadena Ser recogió sus palabras y sus matices al indicar que esas condiciones volverían a darse en “un futuro en lontananza” (sic). Véase: http://www.cadenaser.com/articulo/espana/Bermejo/matiza/dialogo/ETA/podra/darse/futuro/lontananza/csrcsrpor/20071018csrcsrnac_6/Tes/
En fin, que el que no comprende es porque no quiere entender. Son los empecinados de siempre que, antipatrióticamente, afirman que la economía española no va bien. Si un ex presidente llama antipatriota a alguien saltan rayos y truenos, pero si lo dice el presidente no. Curioso país. Más llamativo es que quien no vota a un solo y determinado partido es sospechoso de ser de extrema derecha porque, como se sabe, esto está lleno de fascistas. Bueno, Moratinos no tuvo empacho en afirmar en su momento que Aznar estuvo detrás de una conspiración golpista para derribar al presidente venezolano Chaves. Con razón, éste no se ha cortado nunca de denominar al ex presidente de “fascista” con reiterada machaconería ante responsables de la política española durante los últimos años. Nunca había pasado nada hasta la última cumbre latinoamericana. Ahora se rajan las vestiduras contra Hugo Chaves los mismos que intentaban venderle armamento hace unos años y se congraciaban de su amistad. Otra curiosidad hispana más.
El presidente tuvo razón al pedir respeto para el ex presidente Aznar ante Hugo Chaves. Pero, ¿le pedimos lo mismo a los actores de cine y políticos que acusan a Aznar de criminal de guerra y que debería ser juzgado por ello? Cosas veredes.
Volviendo a la entrevista, pintoresca resulta la denominación “derecho” a que personas del mismo sexo puedan contraer matrimonio. La polémica sobre matrimonios homosexuales es puro humo que le ha servido al gobierno como útil maniobra de distracción, sabedor que la oposición embestiría como una bestia furiosa. En realidad, lo perverso no es que las uniones se produzcan entre personas del mismo sexo, de sexos distintos o de sexos variados. La cuestión crucial es haber sabido vender el matrimonio como un derecho. Cuando pasen unos años los recién ingresados en el club de los casados y casadas se percatarán de los efectos colaterales de contraer matrimonio. La prueba está en que somos el país de la UE con mayor número de divorcios y todavía seguimos contando infantilmente el número de casamientos entre homosexuales. ¿No se dan cuenta que, al final, un porcentaje similar de matrimonios – heteros u homos - terminarán en divorcio? Y el porcentaje no es bajo. Nos vamos aproximando al 50% en los últimos años para alegrías de procuradores, abogados, modistos y propietarios de salas de banquetes. No parece muy beneficioso ese derecho a la vista de cómo sale huyendo el personal de esa máquina trituradora que es la institución matrimonial. Tras las firmas de rigor, una boda se convierte de una especie de iniciativa empresarial muy tentadora para todos aquellos y aquellas que buscan hacer negocio con los malabarismos del amor. Los hay y las hay que van al asunto verdaderamente enamorados, pero los hay y las hay que se casan simplemente por hacer un buen negocio con la separación, acaparando lo más posible para llorar lágrimas de victimismo después. Y eso es pura naturaleza humana o, al menos, de ciertos seres humanos que están repartidos más o menos igual entre heteros, homos, bi o trans. El matrimonio no deja de ser algo parecido a la feria de Valverde: quien más pone, más pierde. Y esto no tiene nada que ver con sexos. El problema de no es la condición sexual de cada uno... el problema es el matrimonio. O las denominadas parejas de hecho que se registran en el mismo patíbulo de las firmitas pero sin el glamour de una boda de traje blanco.
El estado tampoco se queda atrás fisgoneando quién está casado con quien a la hora de pagar impuestos. En los impresos del IRPF hay que hacer constar el nombre del cónyuge y medio declarar si uno es católico o no a la hora de marcar las casillas de destino de nuestros impulsos solidarios. Puro respeto a la intimidad, vamos. Los mismos impuestos que todos los gobiernos bajan pero juran tener más gasto social que el otro. Lo dice Rodríguez Zapatero en su entrevista acerca de la rebaja de impuestos: “Son 3.500 millones de euros que se han quedado en los bolsillos de los ciudadanos. Y otros 3.000 del Impuesto de Sociedades. Y al mismo tiempo hemos reducido la deuda, que es lo primero que se mira de un país, lo primero que miran los inversores, hasta un 34% del PIB”.
¡Qué lejos quedan los días de la primavera de 1996! ¿Se acuerdan? El primer gobierno Aznar prometió rebajar los impuestos y sanear nuestra economía sin merma en el gasto público. Le dijeron de todo, casi ya mentándole a la madre. Ahora, por lo visto, ya sabemos que se pueden reducir impuestos y simultáneamente aumentar el gasto porque la cifra de lo recaudado, siempre que se aumente la riqueza y el número de empresas y trabajadores, puede crecer. Gracias, presidente. De verdad. Gracias por aprender. No olvide que todos los días aprendemos algo nuevo.
Por cierto: le dejo constancia de una noticia de la vecina Francia.
“La población francesa alcanzó los 63.753 millones de habitantes y, por primera vez, los nacimientos fuera del matrimonio son mayoría, indicó hoy un censo realizado en 2007 por el Instituto Nacional de Estadística y Estudios Económicos de Francia (INSEE). Según el INSEE, los hijos nacidos de personas que no han contraído matrimonio representan el 50,5 por ciento frente al 48,4 registrado en 2006.”
Quizás podamos alcanzarles en términos de PIB (que lo dudo), pero nos queda un trecho para que nuestra idiosincrasia se impregne de un poquito de su culture.
16.1.08
8.1.08
UNA REFLEXIÓN DE HERMANN TERTSCH
En ocasiones nos topamos con algún escrito que llama nuestra atención. En una reciente tercera del periódico ABC -cinco de enero de dos mil ocho- el periodista Hermann Tertsch consignó una serie de reflexiones en torno al comunista yugoslavo Milovan Djilas y su posterior arrepentimiento plasmado en su libro La nueva clase, publicado en los años cincuenta. En el último párrafo de su artículo Tertsch afirma:
Ahora, casi veinte años después de la caída del muro de Berlín, vuelven a ser muchos los que consideran que la libertad, la propiedad y la democracia -sin adjetivos- son valores relativos y subordinables a nuevos planes de experimentación social y transformación del individuo. Y no se trata sólo de profesores españoles o cubanos asalariados de Hugo Chávez, populistas indigenistas o entusiastas del castrismo. Cuando dirigentes izquierdistas europeos como Oskar Lafontaine declara pletórico en Madrid que las posibilidades de la izquierda aumentan porque "entre la juventud hay más antiamericanismo que anticomunismo", es que la deriva va más allá de la confusión moral y política del sectarismo y la radicalidad izquierdista que se ha adueñado del socialismo en España. Esta involución de la izquierda hacia el abandono de la socialdemocracia y la reinvención de la felicidad colectiva y de la imposición de una "justicia" superior a la del Estado de Derecho es uno de los fenómenos más graves en la cultura política occidental actual. Son aliados objetivos de los enemigos internos y externos de la sociedad abierta. Las tentaciones de reintentar fórmulas coactivas en aras del supuesto progreso deberían evocar a los demócratas aquella frase de Sigmund Freud, poco antes de huir de los nazis a Londres, que escribía desolado en Viena en 1938: "el progreso parece haberse aliado con la barbarie". Son muchos los que quieren reinventar la historia del siglo XX. Con la misma osadía con que, por cierto, algunos quieren reinventar en España la historia de esta malhadada legislatura. La pérdida de la memoria es el salto decisivo a la pérdida de la libertad. No hace falta leer "1984" de George Orwell para saberlo. Por ello, es necesario recordar con gratitud a quienes desde el pasado nos ayudan a mantener viva la memoria frente al asalto de la mentira.
Ahora, casi veinte años después de la caída del muro de Berlín, vuelven a ser muchos los que consideran que la libertad, la propiedad y la democracia -sin adjetivos- son valores relativos y subordinables a nuevos planes de experimentación social y transformación del individuo. Y no se trata sólo de profesores españoles o cubanos asalariados de Hugo Chávez, populistas indigenistas o entusiastas del castrismo. Cuando dirigentes izquierdistas europeos como Oskar Lafontaine declara pletórico en Madrid que las posibilidades de la izquierda aumentan porque "entre la juventud hay más antiamericanismo que anticomunismo", es que la deriva va más allá de la confusión moral y política del sectarismo y la radicalidad izquierdista que se ha adueñado del socialismo en España. Esta involución de la izquierda hacia el abandono de la socialdemocracia y la reinvención de la felicidad colectiva y de la imposición de una "justicia" superior a la del Estado de Derecho es uno de los fenómenos más graves en la cultura política occidental actual. Son aliados objetivos de los enemigos internos y externos de la sociedad abierta. Las tentaciones de reintentar fórmulas coactivas en aras del supuesto progreso deberían evocar a los demócratas aquella frase de Sigmund Freud, poco antes de huir de los nazis a Londres, que escribía desolado en Viena en 1938: "el progreso parece haberse aliado con la barbarie". Son muchos los que quieren reinventar la historia del siglo XX. Con la misma osadía con que, por cierto, algunos quieren reinventar en España la historia de esta malhadada legislatura. La pérdida de la memoria es el salto decisivo a la pérdida de la libertad. No hace falta leer "1984" de George Orwell para saberlo. Por ello, es necesario recordar con gratitud a quienes desde el pasado nos ayudan a mantener viva la memoria frente al asalto de la mentira.
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