8.12.12

Queridos paranoicos



La carta enviada a la vicepresidenta de la Comisión Europea y comisaria de Justicia, Derechos Fundamentales y Ciudadanía, Viviane Reding, por un grupo de eurodiputados catalanes -elegidos, por cierto, en virtud de la pertenencia de España a la UE- ha sido ampliamente comentada. Su principal reclamación: solicitar amparo de la UE ante la presunta amenaza militar que España ejerce sobre una parte de su propio territorio (léase Cataluña o, quizás, los Països Catalans). El siempre ocurrente Alberto Boadella ha ironizado sobre esta ocurrencia nacionalista: "Solamente un tanque asomando por Lleida, les provocaría un orgasmo general". Lo que es también general es que la mayor parte de las personas sensatas ha rechazado esta insensatez paranoica digna de unos perfectos indigentes intelectuales. Manteniendo la más exquisita mesura puede calificarse esta carta de perfecta gilipollez. El PSOE, que no anda últimamente sobrado de crédito ni de credibilidad, por lo menos le ha indicado a su díscola diputada (María Badía) la puerta de la dimisión como secretaria general de la delegación socialista española en el Parlamento Europeo. Justo es reconocer lo que es justo. Semejante personaje no puede representar a los socialistas españoles en el Parlamento Europeo.

Cabe pensar que no pueden ser tan absurdamente tontos los firmantes de tal engendro. Puede que sean unos paranoicos (una de las patologías habituales derivada del micronacionalismo extremo), pero bien pudiera ser que la misiva estuviera perfectamente calculada con la más mala de las leches. El curioso grupo de diputados y diputadas se aunaron en un festivo cuarteto, alcanzando el paroxismo mientras redactaban la carta a la vicepresidenta Reding. Su hazaña colectiva bien pudiera ser directamente proporcional a los deseos por ofrecer una imagen deplorable de España en el exterior, acariciando la idea de "internacionalizar" el supuesto conflicto entre el pacífico ex Principado y la agresora potencia borbónica. Sería, pues, una estrategia más. Tan chabacana como celtibérica.

Les debe quemar el DNI que han de portar a la hora de identificarse para tomar posesión de sus cargos en el Parlamento Europeo. Pero entonces su lamento se torna silencioso dada la buena remuneración que cobran. Del mismo modo que olvidan que son representantes españoles en aquella Cámara. Representan al país que, según ellos, les coacciona con una intervención militar próxima. Sufren una especie de trastorno de identidad disociativo muy lucrativo. Puede que no sean mas que unos cínicos que calculan en términos de beneficios personales las consecuencias de una hipotética independencia, sabedores del nivel de dependencia que tienen unos países sobre otros en el mundo actual.

Queridos paranoicos: viven ustedes hoy en una España tolerante con las ideas independentistas, hasta el punto que ustedes forman parte de la delegación española. Dudo mucho que, en los días de su mañana, una delegación "catalana" albergase en su seno a personas que defendieran la reintegración con España.

Son muy libres de tener las ideas que les plazcan pero, por favor, ahórrennos sus insultos a la inteligencia.

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